Los fabricantes de coches en Europa tendrán que afrontar posibles multas millonarias a partir del 2025 por culpa de la normativa CAFE, que impone límites de emisiones contaminantes más estrictos. Esto es todo lo que debes saber al respecto.
Europa se pone más estricta con los fabricantes de coches. Da igual cuando leas esto, porque la realidad en los últimos años es que la Unión Europea está siendo severa con los niveles de contaminación provocados por el transporte.
El objetivo final está claro: lograr la neutralidad climática en la región para el año 2050, y para ello hay varios planes en marcha. Por ejemplo, la normativa Euro 7, que impone medidas y límites de emisiones a todos los vehículos, aunque esta ha sido retrasada hasta el 2030.
De cara al 2035, ya sabemos que los fabricantes de coches no podrán vender vehículos con motor térmico a partir de esa fecha, lo que incluye también a aquellos con tecnología híbrida, fruto del Pacto Verde alcanzado en la Unión Europea y que ahora se está poniendo más en duda que nunca.
Pero en el corto plazo, otra normativa está tomando el protagonismo: se llama CAFE y está trayendo de cabeza a todas las marcas de coches. Y ojo, porque las nuevas medidas restrictivas empiezan a aplicarse ya desde el 1 de enero de 2025.
La normativa CAFE regula las emisiones medias de CO2 de las gamas de las marcas de coches.
Normativa CAFE: ¿qué es?
El reglamento CAFE (Clean Air For Europe), lo creas o no, lleva ya casi 20 años instaurado en la industria automovilística europea, solo que no ha empezado a acaparar titulares hasta hace bien poco en previsión de lo que va a suceder a partir del 2025.
La normativa impone un nivel medio de emisiones de dióxido de carbono (CO2) por kilómetro de cada uno de los coches nuevos que venda una marca. La cifra impuesta para el año próximo es de 93,6 g/km, lo que supone rebajar un 19 por ciento respecto a la cifra que se tenía en estos últimos años (116 g/km).
Eso sí, cada fabricante tendrá su objetivo específico en función de la masa promedio de sus vehículos nuevos. No es lo mismo que una marca venda únicamente SUV o coches grandes, que otra que se dedique a vehículos más pequeños o de segmentos de acceso.
Los fabricantes de vehículos de lujo y los de nicho, aquellos con un pequeño volumen de ventas anual, también tendrán objetivos diferenciados.
Previsión de los límites de CO2 que deberán afrontar los principales grupos automovilísticos.
Normativa CAFE: posibles multas
Por cada gramo por kilómetro que el fabricante se exceda respecto a su objetivo específico en la venta de coches nuevos, tendrá que afrontar una sanción de 95 euros. Es decir, para saber lo que tendrán que pagar en multas, deberán multiplicar el número de exceso respecto al objetivo, por el número coches vendidos en total, multiplicado por 95.
Según el jefe de la patronal de fabricantes en Europa (ACEA), el también CEO de Renault Luca de Meo, la industria deberá afrontar unos 15.000 millones de euros en multas solo el año que viene, un dinero que las marcas ven vital para poder cumplir en el futuro con sus planes de electrificación.
Según los analistas del sector, Stellantis, Renault y BMW parecen ser los fabricantes que menos problemas tendrán para cumplir con estos objetivos, mientras que Volkswagen, Ford y Mercedes las pasarán más canutas. En el caso del VW, esperan multas de entre 1.500 y 4.700 millones de euros.
Volkswagen apunta a ser uno de los que más sufra las consecuencias de la normativa CAFE en 2025.
Normativa CAFE: cómo evitar las multas
Prácticamente todo el sector del automóvil está pidiendo una flexibilización de urgencia del reglamento CAFE de cara al año que viene, bien reduciendo el importe de las multas o calculándose los objetivos a lo largo de un período de 5 años. También se está solicitando que se adelante la revisión medioambiental en Europa, prevista para el 2026, al año que viene.
De no haber una solución en el corto plazo, los fabricantes deberán buscar formas de intentar evitar el mil millonario gasto. Claro que las soluciones implican también realizar un gasto extra.
Por ejemplo, ‘agrupando’ sus emisiones en grupo o comprando créditos de emisiones a otros fabricantes que sí que cumplen sobradamente los objetivos, como por ejemplo Tesla, BYD, Volvo… Se calcula que estos créditos podrían costarle a las marcas unos 20 euros por cada gramo de CO2 que excedan, según las estimaciones de Barclays.
La industria europea del automóvil pide flexibilizar la normativa CAFE para el 2025.
Otra forma es la de ofrecer descuentos importantes en sus vehículos eléctricos, lo que permitiría reducir los niveles medios de emisiones, o bien subir los precios de sus vehículos con motor térmico para desalentar su compra.
Sea como fuere, el sector ya estima que los precios de los coches nuevos podrían subir un 20 por ciento el año próximo y podrían terminar condenando a desaparecer a los modelos más pequeños del segmento A y B, que dejarían de ser rentables para las marcas.
También supondría un duro golpe a las versiones más deportivas de los coches más pequeños, ya que sus niveles de emisiones son superiores. ¿Adiós a los Toyota GR Yaris, Hyundai i30 N y compañía?
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La otra solución es que estos vehículos se pasen a la electrificación, o al menos a la hibridación enchufable, pero esto es algo realmente complicado en los modelos con un tamaño más reducido.